lunes, 7 de octubre de 2013

Victoria Extraordinaria


Un fin de semana histórico para la ciudad de Sevilla y para la hermandad de las Cigarreras finaliza con un sabor añejo, recordatorio de momentos cofrades del pasado.
Del día quedará un rosario de la aurora que invitó a la ciudad a despertar más temprano, un paso de palio cuya esencia encajaba con la plata de Laureano de Pina del Altar del Jubileo, una calle Francos convertida en marea humana, la solemnidad del Ayuntamiento en el que nace el estilo “Cigarreras” del palio…
Pero ayer, no era cuestión de buscar rincones sino de perderse en el conjunto. A veces, eclipsado porque su noche, es la antesala de “La Noche”. En mitad de la oscuridad el paso de palio era un ascua de luz que provocaba destellos en el techo y las bambalinas interiores. Toda la luz que alumbraba algunas calles salían del paso y eso provocaba el impacto ante una dolorosa que se presentaba vestida como una hace un siglo.
La multitud impedía avanzar al palio de la Virgen de la Victoria / J.A.R.
La multitud impedía avanzar al palio de la Virgen de la Victoria / J.A.R.
La Virgen de la Victoria, a su paso por la calle Francos / J.A.R.
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Si la perfección tiene teoría, la Virgen de la Victoria es el primer tema. El repertorio musical – magistralmente interpretado por su banda – permitió evocar el sueño de un Jueves Santo de otoño. Cuando sonó “Valle de Sevilla” en la calle Francos o “Virgen del Valle”, en la entrada al templo, parecía que el tiempo había volado a la semana en la que Dios sale a la calle. 
Los horarios se cumplieron porque el paso anduvo sin titubeos, siempre de frente; más al estilo Villanueva que nunca.
Dos peros: Los Remedios sigue siendo un barrio gélido. Algunos vecinos se esforzaron en adornar sus balcones e, incluso, en realizar petaladas pero ni el carácter extraordinario de la procesión consiguió implicar al barrio. Por otro lado, deslucía, a veces, cuando algunos intentaban silenciar los aplausos que se producían durante una petalada, al finalizar alguna chicotá e, incluso, en la entrada.
Pero, quedémonos con lo bueno. El día de ayer tardará en olvidarse y, sirvió,al menos, para reivindicar un paso de palio que se gusta en la noche. Y tanto se gustó, que nos dejó la miel en los labios para que hoy pensemos que sólo faltan 185 para que vuelva a suceder.

Cuerpo de acólitos y monaguillos / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Cuerpo de acólitos y monaguillos / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Junta de gobierno de la hermandad / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Banda de Música de  Las Cigarreras / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Banda de Música de Las Cigarreras / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
En el interior de la Catedral / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Cruz de Guía iniciando el regreso / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Cruz de Guía iniciando el regreso / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Cruz de Guía iniciando el regreso / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Primera chicotá del palio en el interior de la Catedral /  LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Primera chicotá del palio en el interior de la Catedral / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Frente a la Virgen de los Reyes / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Frente a la Virgen de los Reyes / LUIS MANUEL JIMÉNEZ
Salida de la Catedral  por la puerta de palos / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Salida de la Catedral  por la puerta de palos / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

El capataz, Manuel Villanueva / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

En la plaza Virgen de los Reyes / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Bajo la Giralda / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Por calle Alemanes / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

En la calle Francos / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Virgen en la puerta del Ayuntamiento / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Petalada en el Ayuntamiento / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Virgen en la puerta del Ayuntamiento / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

La Virgen por la Plaza Nueva / LUIS MANUEL JIMÉNEZ

Virgen de la Victoria entrando en Calle Barcelona / JOAQUÍN GALÁN


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