La frase más utilizada para describir este Sábado de Pasión fue "Un Sábado de Pasión partido en dos".
El día empezó con unas lluvias nunca vistas en Sevilla. La tormenta despertó a todos los sevillanos, que miraron al cielo con tristeza y dijeron al unísono: «Ya empezamos»Por la tarde, la primera en pedir prórroga fue Torreblanca. Desde las afueras e decía que era un mero formalismo y que la Hermandad saldría de todas maneras. En Alcosa, ni siquiera se habían repartido cirios.
Mientras, los meteorólogos predecían un claro desde las séis hasta esa misma noche, lo que ya nos dejaba una imagen más o menos hecha del día que nos esperaba.
Sin embargo, todo se dio la vuelta.
Torreblanca, que tanto había ansiado su salida el pasado 17 de Febrero, decidió que no procesionaría. Minutos más tarde la decisión sería revocada por la Agrupación de la Milagrosa, lo que asombró a todos ya que era la última en salir y, por lo tanto, la que menos riesgo tenía. Ni siquiera pidió prórroga.
Unos rumores de la posible salida del Divino Perdón se hicieron realidad a las 18:10, cuando el Hermano Mayor de la corporación se lo anunciaba a sus hermanos.
Seguíamos pendientes de San José Obrero, del que apenas se sabía nada, sólo que había pedido prórroga de una hora. Ni siquiera había rumores, cosa muy extraña en el mundo de las cofradías. Sin embargo, 24 minutos más tarde de que en Alcosa diesen luz verde a la salida, la nueva hermandad de Sevilla decidión procesionar por las calles de su barrio.
Así quedó un Sábado de Pasión partido en dos, pero que al menos nos complació con los dos estrenos más esperados de las vísperas: la primera salida de la Virgen de los Desamparados y la primera estación de penitencia de San José Obrero
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