La hermandad del Buen Fin ha obtenido oficialmente la cesión del Convento de San Antonio de Padua. La que es sede canónica de la corporación del Miércoles Santo desde hace más de 400 años, pasa a ser de la hermandad por un periodo de 35 años con posibilidad a renovarlo cuando este plazo expire.
Esto se produce después de la marcha de la comunidad franciscana que quedaba en el Convento que, en los últimos meses, se ha reagrupado en San Buenaventura.
Además del sostenimiento y conservación de la iglesia, uno de los principales proyectos que tiene ahora la hermandad del Buen Fin es trasladar a las dependencias anexas al templo las instalaciones del “Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin”.
La rúbrica del acuerdo tuvo lugar el pasado viernes, coincidiendo con la función a San Francisco de Asís que acogió el templo y al que asistieron numerosos representantes de las hermandades, instituciones así como de la comunidad franciscana.
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