La Carreta del Rocío de Triana cruzó ayer el centro de la ciudad en su regreso al barrio tras los cultos celebrados en la Catedral con motivo del 200 aniversario de la corporación. Por la mañana había tenido lugar la celebración de la misa estacional oficiada por Fray Carlos Amigo Vallejo.
Ya, en la tarde, pasadas las seis, salía del templo catedralicio el milagroso Simpecado después de haber visitado la Capilla Real para despedirse de la Virgen de los Reyes.
La Sociedad Filarmónica de la Oliva de Salteras interpretaba pasodobles entremezclados con el sonido de los tamborileros, las flautas y el coro de la hermandad.
A su llegada al Ayuntamiento, el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido hizo entrega de la medalla de la ciudad que fue colocada por un hermano sobre el Simpecado. Antes, a las puertas del consistorio, tanto el hermano mayor como el alcalde ensalzaron la historia y el presente de la hermandad. Gozó de emotividad pues, en la escalera principal de acceso al Ayuntamiento, se encontraban los internos del centro “Rebeca”, obra social que gestiona la hermandad del Rocío.
La carreta terminó de cruzar el centro histórico en mitad de un chaparrón que recordó a las muchas jornadas de camino que Triana ha convivido con la lluvia. La entrada, acelerada por las inclemencias metereológicas, tuvo lugar a las 12 de la noche, en mitad de un ambiente festivo y cálido.
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