Los Franciscanos ceden el Convento de San Antonio de Padua al Buen Fin

Los hermanos del Buen Fin , de forma unánime, han aprobado el acuerdo de cesión de su sede canónica, la iglesia de San Antonio de Padua y convento, por parte de la Provincia Bética Franciscana a su hermandad en el cabildo general de cuentas celebrado en la noche de ayer por esta cofradía del barrio de San Vicente.

Este cabildo, que se desarrolló en la casa de dicha hermandad penitencial , contó con la presencia de más de medio centenar de cofrades que de forma unánime apoyaron la propuesta que hizo la junta de gobierno, que preside José Ramírez. Tras la votación se produjo un silencio que fue roto con un gran aplauso por este hito en la historia de la hermandad

Esta cesión se produce por un periodo de veinticinco años, que podrán ser prorrogados, en principio, por dos ciclos de cinco años cada uno. Por lo que serían treinta y cinco años los que la hermandad tiene asegurada como responsable del inmueble por esta cesión, uso y disfrute del templo y convento. La otra hermandad que tiene su sede en dicho templo, la Divina Pastora de las Almas, continuará con las mismas condiciones que ha disfrutado desde su venida a esta iglesia.

Las negociaciones para esta cesión se aceleraron con la marcha de la comunidad franciscana de este convento el pasado año. Desde entonces, la actual junta de gobierno, inició una negociación con la Provincia Bética de esta orden, que pronto se rubricará, tras el acuerdo alcanzado en este cabildo.

A partir del nuevo ejercicio la hermandad del Buen Fin ha incorporado en su partida de gastos un epígrafe importante para el mantenimiento y conservación de este templo, que antes recaía en la comunidad franciscana. Su hermano mayor, José Ramírez, se siente muy ilusionado con esta nueva andadura al frente del templo.

 

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