Transcurría la madrugada del 21 de febrero de 1989, la parroquia de Omnium Sanctorum estaba vacía, fue entonces cuando los ladrones accedieron al templo y desvalijaron todos los cepillos, así como un alfiler de oro de la Virgen del Carmen. No contentos con lo sustraído, la tomaron con el Cristo de las Almas de
los Javieres, que se encontraba en el suelo después de haber celebrado
ese fin de semana el besapiés en el presbiterio de la parroquia....