Real, Fervorosa y Antigua Hermandad y Cofradía del Santísimo Sacramento, Pura y Limpia Concepción de la Virgen María, Santo Rosario y Ánimas Benditas del Purgatorio de la Real Parroquia de Santa María Magdalena.
Web: http://sacramentaldelamagdalena.blogspot.com/
La primera Regla que conocemos de esta corporación eucarística se aprobó en 1575. Su procesión de impedidos tenía lugar el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés, organizándose por última vez en 1968.
Cuando la primitiva parroquia de Santa María Magdalena fue derruida por los franceses en 1811, la Hermandad Sacramental se trasladó a la capilla de la Antigua y Siete Dolores, sita en el compás del convento dominico de San Pablo. En 1851 encontró acomodo en el interior del monumental templo barroco, instalándose en una capilla ubicada a los pies de la nave del Evangelio. En el último tercio del siglo XIX, el Sagrario se trasladó a la espaciosa capilla de la Virgen del Rosario, quedando desde entonces bajo el cuidado de la Hermandad Sacramental, que también posee Sala Capitular en el coro bajo.
La Hermandad celebra una solemne procesión eucarística por las calles de la feligresía en la mañana de la festividad del Corpus Christi. En su configuración actual se remonta al año 1973, aunque se tiene históricamente constancia de su existencia desde el siglo XVI. Figura en el primer paso, al cargo de la cofradía de la Quinta Angustia, un elegante baldaquino diseñado por el escultor Joaquín Bilbao y tallado por Antonio Infante en 1924, en cuyo interior se cobija la espléndida imagen manierista del Niño Jesús que tallara Jerónimo Hernández en 1582. En el segundo paso se alza una Inmaculada que ha sido relacionada con el quehacer de Benito de Hita y Castillo, a mediados del siglo XVIII. Por último, cierra el cortejo la soberbia custodia barroca, obra conjunta de Diego de León, Cristóbal Sánchez de la Rosa y Juan Laureano de Pina en la segunda mitad del XVII, con peana de Blas Amat en 1790.
Otra pieza de estimable valor artístico es la talla de la Inmaculada que se expone en el manifestador del retablo mayor parroquial. Se trata de una efigie donada en 1669 a la Hermandad Sacramental por el capitán D. Miguel Beltrán de Benavides, quien en su testamento de 1677 declara haberla traído de México, dotando además una Fiesta anual a la Purísima cada 8 de diciembre, cuando la corporación sigue celebrando su Función Principal de Instituto. También posee una escultura de pequeño formato de San Clemente, firmada en su base por Francisco Antonio Gijón.
En su rico ajuar de plata destaca el sagrario punzonado por el citado Blas Amat a finales del siglo XVIII; los también dieciochescos faroles de pie, manifestador portátil en forma de libro y pectorales de pertiguero; las decimonónicas pértigas, o las obras más recientes del orfebre Fernando Cruz Suárez: cruz de guía, ciriales y faroles de mano, en la década de 1950. Igualmente deben reseñarse los magníficos bordados que ostentan tanto un paño mortuorio confeccionado por el maestro Juan César en 1666, como el Palio rico, Guión y Simpecado, fechables hacia 1800.
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