A pesar del tiempo, moderadamente caluroso para ser una fecha tan adentrada en el calendario, no ha habido tanto público como otros años, sobre todo en las primeras horas de la mañana, al inicio de la procesión. A medida que el reloj se acercaba a la doce del mediodía, el centro de Sevilla se iba llenando de gente.
La proclamación del monarca ha sido otro de los elementos definitorios del día, con una Giralda engalanada para la ocasión.
Muchos asistentes, la mayoría turistas, se preguntaban si ése era el habitual exorno del símbolo de Sevilla, que presentaba banderas pontificias, municipales, de Andalucía y, como no, de España, la misma que también lucían varios balcones del centro, en contraste con las clásicas colgaduras burdeos.
En torno a las 11:15, las campanas de la torre repicaban en honor del Rey, cuando San Isidoro enfilaba Alemanes buscando el penúltimo giro de su procesión. Ya habían entrado los Niños Carráncanos, a las 10:30, como es precepto, Santa Ángela y las Santas Justa y Rufina. Un tramo del cortejo que, en las primeras horas, había desfilado con una escasa hilera de público flanqueándolo, en puntos tan señeros como la avenida de la Constitución.
Al mediodía, las temperaturas fueron subiendo como también lo hizo la presencia de público. Imposible de retener para buena parte de los asistentes, que aprovechaban el tiempo entre paso y paso para deleitarse con los imponentes altares dispuestos.
La ceremonia con la que avanza San Fernando, acompañado por la Banda Municipal, generó su habitual expectación. La Inmaculada dejó entrever como, en cierto modo, las hermandades que exornan los pasos terminan imprimiendo su impronta. Como ocurre con El Silencio en la Purísima. Tras ella la alegría del Niño Jesús del Sagrario, con su dulce tintineo. Sonido casi reproducido por la Custodia Chica.
La plaza del Salvador siempre es garantía de estampas primorosas. Hoy ha vuelto a serlo, gracias al exorno floral, con tonalidad violácea, que remataba los mástiles que sujetan los habituales toldos que alivian del calor en el verano de Sevilla. Toldos que filtraban la luz de una particular forma, generando agradables destellos en los pasos que portan elementos de plata, en especial, la Soberbia Custodia de Arfe.
El noveno paso, que cierra el cortejo, avanzaba desde la calle Cuna a escasos minutos del mediodía. Fue entonces cuando Sevilla se vistió de Corpus. Muchísimo más público que en horas precedentes. El sol, en su punto más alto, apretando temperatura.
A continuación les dejamos algunas de la fotos tomadas por AlldCirial de muchos de los altares colocados hoy en las calles del centro de Sevilla con motivo de la procesión del Corpus:
También les dejamos algunas imágenes del Señor de la Cena por Placentines de vuelta a su sede, en esta mañana de Copus:
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